MODESTA, LA DE MANOS DE PALOMA

Margarita Aguilar Urbán. Trad. Lilvia Soto. 

(Incluye lecturas de la autora y Nora Nickerson)

Un poema exquisito, luminoso y hondo sobre una mujer de vida pequeña, pero entrañable y perdurable. El volumen contiene la versión original en español y la traducción al inglés de Lilvia Soto. Además se incluye un código QR para acceso a las lecturas del poema por parte de la autora y la poeta norteamericana Nora Nickerson.



Aquí una muestra de lo que encontrarás en él:

[ 1 ]


Modesta no lavó,

como Euriclea,

los pies de un héroe

resplandeciente

bajo sus desgarrones

de mendigo,

                               

pero sacaba el agua del pozo  

con el canto del gallo

y el ritmo metálico de la polea;

abastecía el tinaco,

cargaba la leña

para calentarlo.

Con lealtad más fornida

que sus brazos

acarreaba los baldes,

vaciaba el agua en la tina,

la templaba

–termómetro obligado–

para bañar a Mardonio

mi bisabuelo.


Modesta no fue,

como Euriclea,

una esclava anciana 

comprada en su pubertad

por veinte bueyes,         

pero sí una joven

de piernas vigorosas         

y piel de avellana

llevada por su madre

a servir a Mardonio.


El viudo la desposó

para evitar maledicencias

de la gente ociosa

y obtener los servicios        

sin pagar por ellos.


Modesta no fue,

como Euriclea,

nodriza de Odiseo,

asolador de ciudades,

varón semejante a un dios, 

pero cuidaba a las nueras

de Mardonio

toda la cuarentena

después del parto,   

preparaba el atole de masa

generoso para producir más leche,

lavaba los pañales,

las mantas de cielo

y los fajeros,

sobaba los vientres

para amainar las dolencias

de los entuertos.               


El nombre de Euriclea,

mujer de “fama amplia”,

le aseguró la gloria

que Homero legendario

cantara con su lira.


Canta, oh Musa, también

el nombre de Modesta,

echada de su casa

a la muerte del bisabuelo Mardonio.


Alégrate con su risa en la cocina,

discreta como la voz

de las cazuelas sobre el anafre.


No olvides alabar sus manos,

iguales a palomas, correvolando                                       

para alimentar a sus crías.


Inmortaliza su espíritu

más grande

que el colosal

egoísmo de los hombres.


© Margarita Aguilar Urbán.

© Medusa Editores 2023.






¡Escanea el código para explorar nuestro catálogo y hacer tus pedidos!